El agua sin gas es una bebida totalmente natural que no nos aporta ninguna caloría, simplemente lo que nos brinda son sales minerales que nos ayudan a reponer los niveles de electrolitos del organismo a la vez que hidratamos el organismo y lo mantenemos en perfecto estado. Por ello que sea una sustancia necesaria para conseguir un correcto funcionamiento general del organismo. Es cierto que la calidad del agua variará dependiendo de la cantidad de sustancias minerales que contenga, algo establecido a partir de su origen, ya que no todas las aguas son iguales.
En el caso del agua con gas, la base es la misma que la del agua que no lo contiene, y es que al fin y al cabo su función es la misma, hidratar el organismo y aportarle parte de las sales minerales que necesita para un correcto funcionamiento general. Pero a las aguas con gas se les añade ácido carbónico disuelto. Este ácido lo que provoca en nuestro organismo es estimular la secreción por parte del estómago de jugos gástricos, algo que nos ayudará bastante a la hora de mejorar el proceso digestivo, ya que conseguiremos acelerar la asimilación de los alimentos por parte del organismo, mejorando así el efecto que tienen las digestiones pesadas.
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El agua con gas no contiene calorías y facilita la digestión. Fuente: Aneabe |
En torno a las aguas con gas existe una creencia de que contienen más calorías que las normales, y es que esto no es para nada cierto, ya que ambas no tienen calorías. Al agua con gas simplemente se le añade el gas, nunca se le añadirán azúcares, por lo que ambos tipos de agua son igual de recomendables si lo que queremos es hidratar nuestro organismo sin poner en juego nuestra dieta.
REFERENCIAS:
- Vitónica | Alimentación, deporte y salud
- EROSKI CONSUMER
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